MARIETA DE VEINTIMILLA
Nació el 8 de
septiembre de 1858 a la entrada del golfo de Guayaquil, a bordo de la nave en
la que sus padres, el Gral. José de Veintemilla Villacís y la Sra. Marieta
Marconi Ferretti, retornaban al país luego de haber vivido en el Perú.
Su madre murió
cuando ella tenía apenas cuatro años de edad, por esa razón su padre, al no
poder encargarse personalmente de su educación, la internó en el Colegio de los
Sagrados Corazones, de Quito, donde recibió sus primeras enseñanzas. En 1869
sufrió el inmenso dolor de perder a su padre, que fue asesinado por hacer la
revolución al Dr. Gabriel García Moreno, por lo que fue su tío, Ignacio de
Veintemilla, quien la colmó de afecto y amor, y se encargó de todos sus
cuidados y educación.
En 1876
-convertida en una hermosísima mujer- terminó sus estudios justo en los
momentos en que su tío, el Gral. Ignacio de Veintemilla, asumía la jefatura
suprema de la República. Pasó entonces a vivir con él en el Palacio de Gobierno
y se convirtió en la luminaria de máxima irradiación y atracción, bajo cuyos
encantos y simpatía se reunían no sólo las personas relacionadas con el
gobierno, sino lo más representativo de la sociedad capitalina.Adornada con las
más femeninas virtudes, Marieta cantaba, tocaba el piano, era coqueta,
simpática, bella y dominadora; gustaba de reunir a su alrededor a los más
destacados intelectuales de Quito y convertía los salones de la residencia
gubernamental en el primer centro literario y artístico de la capital.
Durante la presidencia de su tío, Marieta se había ganado el favor
del pueblo por su labor en los aspectos sociales y culturales. Mandó a
construir el Teatro Nacional Sucre, rediseñó el Parque la Alameda, reestructuró el Hospital San Juan de Dios y propició varias reformas urbanas en la ciudad de Quito.
Como mecenas de las artes y las ciencias impulsó la fundación de
Academias de Bellas Artes en varias ciudades, fundó el primer Jardín
Botánico de Quito junto al biólogo Luis Sodiro;
además se rodeó de varios filósofos y pensadores ecuatorianos, lo que
les dio prestigio y propició el aparecimiento de más entendidos en la
materia.
Marieta de Veintemilla,Manuela Sáenz, Nela Martínez y Rosalia Artega han sido las cuatro únicas mujeres que han ejercido el poder supremo en el Ecuador, aunque sea por días.El Municipio de Quito
creó la "Condecoración Marieta de Veintimilla por servicios relevantes a
la ciudad". El mencionado honor es otorgado a discreción del Consejo Metropolitano o el Alcalde, y puede ser recibido por personas naturales o jurídicas que prestaren servicios relevantes a la ciudad y al país.
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